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15 de noviembre de 2011

The Foundling Brothes + Vete de mí

Manuel Juan Expósito era adoptado. Había sido depositado fuera originalmente y quienes le facilitaron la documentación procuraron dejarlo en claro. Parece ser que él así lo quería también, pero persiguiendo lo contrario.
Sus hijos, Homero primero, y Virgilio en segundo lugar, dejaron la casa paterna cargando con el apellido y el peso de sus nombres y según el caso, fundaron confiterías y orquestas menores y mayores, escribieron o tocaron, estudiaron, viajaron, bebieron, conocieron el éxito, se enfermaron, murieron.  
En medio de todo aquello -en 1936, concretamente- salieron con estos versos dispuestos en un bolero:


Tú, que llenas todo de alegría y juventud
y ves fantasmas en la noche de trasluz
y oyes el canto perfumado del azul
vete de mí.

No te detengas a mirar
las ramas viejas del rosal
que se marchitan sin dar flor,
mira el paisaje del amor
que es la razón para soñar y amar.

Yo, que ya he luchado contra toda la maldad,
tengo las manos tan deshechas de apretar
que ni te puedo sujetar,
vete de mí.

Seré en tu vida lo mejor
de la neblina del ayer
cuando me llegues a olvidar
como es mejor el verso aquel
que no podemos recordar. 



En el 2003 se juntaron Bebo Valdez y Dieguito El Cigala y en su Lagrimas Negras incluyeron ésta versión:




A partir de allí y hasta hoy, cientos de jóvenes entusiastas hicieron lo mismo que yo hago ahora.
Ésta admiración mía, una redundancia.

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