Páginas

21 de noviembre de 2014

Agujeros negros #6

algunas veces
cuando la noche se ampara en un mutismo ensayado
salgo al patio de mi casa
evitando importunarla
sin hacer ruido
la noche y yo
como si no hubiera millones de insomnes
jugando a lo mismo
buscando con ojos de animal
un consuelo envuelto en materia negra

salgo al patio de mi casa
y musito algunas palabras
las pocas que nombran lo que amo
acaso aquellas que más temo
y las repito en el límite del silencio
una y otra vez
lanzándolas al espacio como húmeda carnada
como ligeros tentempiés
con los que mitigar el hambre de la noche agazapada
/
y pienso en la muerte
que es la ley del espacio
y busco dosis de vértigo imaginando densidades
distancias de luz en la cuesta del silencio
y practico el olvido de los nombres
a medida que me recorta el frío
digo esos brillos tenues en lugar de decir estrellas
mientras la boca abierta del tiempo engulle cada una de mis ideas
a veces
en la soledad de mi patio
es menester exagerar
entonces exagero
y monto un martirio escenográfico
del que el alba
con su saliva de rocío
me rescata cuando llega

19 de julio de 2014

Nebulosa pampeana #1

Y un día descubro que soy yo

no el hombre que vende cupcakes
ni esas chicas a las que Amelie condenó a la afectación
sino yo

a mi también me endulza un título francés
y cometo la pedantería de calificar a un verso según su textura
digo
"demasiado rugoso”
quiero decir:
yo también creo merecer a Michael Fox lo mismo que toda mi generación
y gasto mi dinero en cosas pequeñas y bonitas
que van delante de los libros objeto que acomodo en estos
/ estantes irregulares de mi biblioteca
y mi biblioteca es una foto
o es una modelo en pose
ya no lo se
en definitiva
mis libros de anagrama están ordenados por color
y los coronan mis souvenirs del malba
y uso mac porque en serio les digo, es más estable
¡en serio!
yo también soy esa víctima del hambre del hombre
y por eso me preocupo

creo que nos hemos metido con la belleza
creo que nos hemos hecho de un papel con el que allanar la estética
y con ella en nuestras manos repugnantes
alcanzamos un grado de cinismo superior

no se como explicarlo
en verdad no lo se
pero la culpa no es de la chica que desde hace trece años
hunde sus manos en idílicas bolsas de granos de café
ni del chico que ahorra para filmar en súper ocho
no hay nada que reprochar
realmente no lo hay

todo esta bien
..

pero ahí va el hombre succionando al hombre
el hombre convenciendo al hombre
el hombre dejándose arrastrar por el hombre

y todo gracias a la sádica utilización de la tipografía justa

#Antes-de-ayer

Cuando empecé a escribir escribía cosas ridículas.
No creo haber progresado.

En el camino han quedado algunos poemas inocentes y hermosos.
Quizás solo inocentes.
Qué importa.

Por ej.

***

#1

La dilación de los días

El abandono
evidente en el desparramo azaroso de objetos a su alrededor
y el gesto extraviado en franco composé.

Los ojos fijos en el techo
el techo repleto de hendijas tan enigmáticas como absorbentes agujeros negros
y el turbio deseo de soltarlo todo y perderlo,
por odio primero, pero también por amor

impresiones únicas atesoradas como reliquias,
recuerdos catalogados por estación, 
todavía un arsenal de palabras suntuosas
con que enjabonar su cuerpo;
la vecindad del último roce,
la evocación cincelada del primer beso.

tampoco el frío se apiada de él,
embalsamado allí en pleno infortunio,
y elije trepar por su tobillo,
entre el dobladillo alto y las zapatillas desatadas.

Le hacen falta medias.


y su mujer.

#2

Uso actual

Tarde o temprano nos ajustaremos al uso actual
y ninguno de nuestros compañeros outsiders rasgará su vestidura.
No iremos a parar al cadalso,
(era uno de esos inventos del hombre denodado)
y como no recibimos nunca heridas de muerte,
nadie nos recordará al fin como sobrevivientes.

No es que no quiera
pero es cosa de suerte también.
Siempre toca y no es loca sino inconciente, que no es lo mismo.
Entonces puede que nos deje acá parados donde estamos
y vaya por otros.

Por ahora sentate.
Acerquemos todo lo que nos resulte indispensable.
Ahí esta.

Hagamos como que no sabemos,
así yo te pregunto como te pregunté hace años
y vos respondés como respondiste hace años.

Es un ejercicio:
Se trata de prometernos futuro
sin ésta solemnidad adulterada con que viene últimamente.


26 de abril de 2014

Agujeros negros #5

la vida avanza como un glaciar
con esa fuerza escalofriante
con que el hielo acomoda el peso de sus siglos
y es curioso verla tronar
crujir su  secreto a la distancia
como aquel día que bombardearon Siria
y nosotros
en el televisor de mi casa
veíamos en mudo esa sucesión de relámpagos de fuego  

y después el hombre
el hombre que se acerca al imponente frente de la vida
con demasiado respeto
o con la inoperancia de un turista
o el temor de un huemul
el hombre que no alcanza a filmar los más fabulosos
desprendimientos
pero no puede dejar de mirar el glaciar
el mismo que ha viajado seis mil veces en tren
y se ha sometido a docenas de anestesias
para coronarlo todo con un mezquino deseo de estabilidad

mientras tanto el hombre
a veces marchando
el pecho lleno de medallas
en la más disciplinada de las soledades
brutal como un verdugo
y estúpido como él solo
lo suficientemente cínico como para crear la
comunidad movistar
y sin embargo tan dueño
de sus miserias
de sus plegarias
tan inclinado al gozo del palito bombón helado

quizás sea que ignoro todavía
los más elementales secretos
pero he estado pensando en esas masas de hielo
y he estado pensando en los alcances de la libertad
y en la vida y en el hombre
y pienso si acaso hay algo más solemne que explotar en el corazón de la noche
como una pústula en el techo de la oscuridad
explotar de amor y de asco
y de olvido
explotar de olvido a millones de metros de distancia
allí donde vamos a parar los que 
caminamos por el lomo helado de la vida
ridículamente solos y orgullosos
como parte de una tira no televisada en la que
también luchamos por sobrevivir
pero sin todo ese esfuerzo de producción de expedición Robinson
sin los momentos dramáticos
ni los puntos acumulados

después de seis mil viajes en tren
y docenas de anestesias
parado frente a un glaciar
pienso en si votar
vot A o vot B
si salvar al hombre
o salvar a la vida
o dejar que ambos se desmoronen juntos
que ambos vayan a pelear a la esquina
como hacíamos de chicos
rogando que en el trayecto alguien nos disuada
porque ahora se
ahora por fin lo entiendo
que no importa
que en realidad no importa absolutamente nada

después de seis mil anestesias
y una sucinta docena de pesares
parado frente a un inmenso glaciar
en la oscuridad del mundo
he decidido preguntarle al mago
como es que hace todos sus trucos
rogando
con las últimos pulsos de fe
que me diga
mira mamerto
no voy a revelártelos

nunca

17 de enero de 2014

Estepáridos

¢1

Si yo supiera como
o tuviera con qué 
vendría arrebatado como un perro de estación 
a hacerme 
con una mordida 
de al menos un pedazo de esta soledad abasallante 
que huele a viento y que es de quien ose reclamarla.
Si realmente supiera como 
vendría al sur grande y dejaría de ser yo mismo
y aprendería la lengua de los abandonados
para que la tierra me acepte y la estepa me deshaga 
en una purga solemne, 
y también para que el cielo me amenace de una vez por todas.
Si yo tuviera con qué 
esto es
si fuera mejor o peor o escandalosamente distinto, 
si fuera en realidad un hombre capaz de sobrevivirse, 
si yo fuera, en fin, jodidamente hombre 
entonces vendría al sur y me haría de una parcela 
y una vez habitado el silencio lo prendería fuego todo 
y construiría mi muerte como un refugio
y antes de dormir la buena muerte
libre ya
ardería en luminosos reproches. 

¢2

Mientras los guías hablan de fotografía
yo miro el universo a través de mis ojos brumosos 
y pienso en el primer dolor de cabeza que tuve de niño.
Pienso en dios y lo imagino disfrazado e incluso preguntando
/a quien tengo que pedirle permiso para bajar a la estepa y espantar guanacos?/

Si yo se lo que es la soledad, la violácea soledad del hombre, 
entonces dios también tiene que saberlo. 
Bien.. 
Bien. 

Mientras los guías intercambian lentes y dicen leica y sobrexposición
un animal que no sabe que va a morir salta un alambrado puesto allí 
hace cien años por un peón muerto
al que su capataz, de apellido inglés, le decía “vaya, mudo”
y el tipo iba
y hablaba mucho
pero siempre para adentro
siempre llenando de palabras barrosas su soledad de aljibe

Eso pienso. 

La ruta es hermosa y la negrura que se trenza en punto santa clara en la esquina superior izquierda de mi cerebro 
alcanza un nervio que me obliga a decir que maravilla, mierda! 
y después me hace callar por horas y luego me fuerza a angustiarme y a pensar
en dios, en un dios radiante disfrazado de guanaco que ve al universo
como lo veo yo
como una tremenda maravilla desolada
y a la tierra
su tierra
como un animalario complejo que comienza a rebalsar de fotógrafos.