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21 de septiembre de 2012

Yves Bonnefoy - La Lluvia de verano

Les Rainettes, Le Soir

II

se demoraban, de noche
en la terraza
de donde partían los caminos, de arena clara,
del cielo innumerable.

y tan desnuda la estrella
ante ellos,
tan próximo aquel seno
de la necesidad de los labios

que se persuadían
que morir es simple,
rama apartada para el oro
del higo maduro

***

Ils s'attardaient, le soir
sur la terrasse
d'où partaient les chemins, de sable clair,
du ciel sans nombre

et si nue devante eux
etait l'étoile,
si proche était ce sein
du besoin des lèvres

qu'ils se persuadaient
que mourir est simple,
branche écartée pour l'or
de la figue mûre. 

7 de septiembre de 2012

Este lado de la verdad

para Llewellyn
De este lado de la verdad,
quizás tú no veas, hijo mío,
rey de tus ojos azules
en el país cegador de la juventud,
que todo está por hacerse
bajo los cielos indiferentes 
de inocencia y de culpa
antes que intentes sólo un gesto
con la cabeza o con el corazón,
todo se ha unido y disgregado
en la ventosa oscuridad
como el polvo de los muertos. 

Lo bueno y lo malo, dos maneras
de andar entre tu muerte
por este mar triturador,
rey de tu corazón en los días ciegos,
vuelan como el aliento,
van llorando a través de ti y de mi
y de las almas de todos los hombres
hacia la inocente oscuridad
y la culpable oscuridad
y la buena muerte y la mala muerte
y por fin en el último elemento
vuelan como la sangre de los astros, 

como las lágrimas del sol, 
como la semilla de la luna,
basura y fuego, en el bullicio volador
del cielo, rey de tus seis años.
Y el deseo perverso
bajo el origen de las plantas, 
los animales y los pájaros,
del agua y de la luz, de la tierra y el cielo,
desaparece antes de que te muevas,
y todos tus actos, todas tus palabras,
cada verdad, cada mentira
mueren en un amor que no juzga. 

Dylan Thomas

4 de septiembre de 2012

# El último poema que imprimí

A LINDSAY

Vachel, salieron las estrellas
ha atardecido en la carretera del Colorado
un auto se arrastra despacio por la pradera
en la luz mortecina resuena el radio con un jazz
el vendedor destrozado enciendo otro cigarrillo
en otra ciudad hace veintisiete años
veo tu sombra en la pared
estás sentado con tus tirantes sobre la cama
la sombra de la mano levanta una pistola sobre tu cabeza
tu sombra cae sobre el piso

Allen Ginsberg