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18 de octubre de 2011

Comprar, tirar, comprar

No hay cosa que me indigne más que la poca cantidad de tiburones que trae la bolsa de Yumi, o que el paquete de Yapas no incluya más la multicolor.

En el mismo terreno, es feo cuando un Mogul trae muchas verdes alineadas. 

En otro orden, me preocupan los cambios de celular no forzados y la sospechosa velocidad con que se acaba el color magenta de la impresora de mi trabajo.

Habiendo dicho ésto, y sin hilvanado alguno, traigo a cuento el documental «Comprar, tirar, comprar»: Una denuncia a la obsolescencia programada y a nuestro sistema general de consumo. Ése que nos dio a Seinfeld y a la Coca Cola, pero que nos hace, descaradamente, cada día un poco más gomas.   

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