Yo la compré, de casualidad.
Imagino entonces que fue gracias a Guido (?) (y a Gustavo López, su seleccionador) que leí por primera vez poemas de Arteca, Cucurto, Desiderio, Prieto, Casas y Wittner.
Publico ahora uno de Laura Wittner, mi preferida.
Rapture
Después
el oxígeno se agota,
un segundo antes alcanzamos
a acercar ceniceros, vasos,
el teléfono.
Cuando todo lo que podría
llegar a ser necesario y a estar lejos
rodea la cama
ya no hay qué hacer ni qué decir.
Literales, charlamos de esto y de lo otro
y cada uno vigila una salida
por donde la dicha pudo haber huido.
Si lloviera dentro de esta habitación
el agua no haría más que lavar
unas piedras tibias.
de Las ultimas mudanzas - Vox, 2011
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