En cierto punto es necesario deshacerse del peso muerto
de esa basura invisible que se acumula en la espalda
y que nos hace curvarnos como devotos
ante la decepción más irreverente
cuando regresamos con los nuestros
No hay que olvidar que antes de semejante embarque
nuestras ansiedades parecían una sola pieza,
si hasta pasamos la espátula sobre la superficie del molde
en el que, cóncavos, nos tomábamos de la mano.
Ahora nos encuentra la vida tal cual la imaginaron otros:
rudimentaria como los buenos milagros
incierta como los cuentos improvisados
dura como las tapas de una vieja enciclopedia.
Habrá que ponerle música...
ResponderEliminar