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31 de octubre de 2011

Mueca avalatoria



Si tu recelo de agua aletargada no se hubiera inquietado
cuando caí sobre su calma como una piedra,
habría dicho menos o aún callado  

pero la piedra voló con peso de desparpajo
y por si acaso quisieras tomarla entre tus dedos,
se recostó en lo más hondo

palabra a la deriva

naufragio nuestro

Intenté desenmascararte:
todas tus sonrisas son dulces
pero ésta última fue como si soplara la infancia

entonces miraste el picaporte
-¿de donde extraje esa mueca avalatoria?-
y fue
rescate nuestro
como si le tendieras tu mano.  


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