El borde tibio del día
roza un último hombro difícilmente antes,
luego el más nítido de los horrores
se desplomará sobre el resto.
Dos sonidos frondosos de luz se licuan
y si todo lo fugaz se repite será por clemencia
o acaso –cierta vez- para justificar la muerte
y es que hace bien intervenir más no sea
armado de supuestos
agregando un gesto impropio al carnaval de sombras
distinto sería tener garantizada la condición de oportunos,
así las cosas ¿que chances hay de avanzar
a la par del tiempo?
una nueva digresión
oculta bajo la evidencia de estar comprendiendo
durará lo que un entierro.
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