no es la primera vez
sea dicho
que me escondo en éste mismo lugar
para que la vida no me agarre
la miro fijamente como a un tiranosaurio
callado como la cordillera
y después
cuando ya no tiembla la sangre
me muevo
toco tierra
me hundo en la grieta que dejó el sonido muerto
bajo la luna espío el paso
de osados vendavales
y lagrimeo en la soledad de mi refugio de siempre
no porque los confunda con la muerte
-en verdad
no me hace lagrimear mi muerte-
lo que me destruye es saber que no les intereso
las buenas tragedias
sea dicho
huyen de mí
y en su lugar pululan éstas
humedades donde la vieja vida se resiente
pululan
murmuran
apuestan
haciendo un surco sobre mi escondrijo
me esperan
temores sin jaula
Che! Genial, fantástico. Me gustó, me encantó, quiero leer más.
ResponderEliminarEnriqueta!
ResponderEliminarGracias..
Cambio más por algún otro cuento enriquetal.