algunas veces
cuando la noche se ampara en un mutismo ensayado
salgo al patio de mi casa
evitando importunarla
sin hacer ruido
la noche y yo
como si no hubiera millones de insomnes
jugando a lo mismo
buscando con ojos de animal
un consuelo envuelto en materia negra
salgo al patio de mi casa
y musito algunas palabras
las pocas que nombran lo que amo
acaso aquellas que más temo
y las repito en el límite del silencio
una y otra vez
lanzándolas al espacio como húmeda carnada
como ligeros tentempiés
con los que mitigar el hambre de la noche agazapada
/
y pienso en la muerte
que es la ley del espacio
y busco dosis de vértigo imaginando densidades
distancias de luz en la cuesta del silencio
y practico el olvido de los nombres
a medida que me recorta el frío
digo esos brillos
tenues en lugar de decir estrellas
mientras la boca abierta del tiempo engulle cada una de mis ideas
a veces
en la soledad de mi patio
es menester exagerar
entonces exagero
y monto un martirio escenográfico
del que el albacon su saliva de rocío
me rescata cuando llega
No hay comentarios:
Publicar un comentario